10 de Noviembre del 2023
En la sociedad actual, marcada por una profunda evolución y notables avances tecnológicos, se aprecia una solución que podría marcar un hito en la defensa de los derechos políticos de los ciudadanos, así como para la erradicación de la violencia política contra las mujeres en razón de género: un chat o asesor respaldado por inteligencia artificial (IA), una herramienta altamente eficaz.
En ese sentido, recuerdo con fascinación una película de mi infancia llamada Chappie, en la cual un humano creaba un robot para combatir la violencia en un sector específico de la población. El giro interesante de la trama residía en la obsesión del programador por desarrollar un software que pudiera aprender y opinar sobre diversos asuntos. Lo que entonces parecía una idea descabellada, hoy nos sitúa más cerca de su realización de lo que podríamos haber imaginado.
Al reflexionar sobre el filme, se presenta la idea de que, al igual que se programó un robot para resolver un problema social, se podría emplear la IA en el ámbito electoral. En esta era existen problemas como noticias falsas (fake news), desinformación en las campañas electorales y violencia política contra las mujeres en razón de género, que deben enfrentar los votantes, los candidatos independientes, los partidos políticos y las autoridades electorales.
En este contexto, la inteligencia artificial emerge como un recurso crucial en la detección y prevención. La creación de una herramienta capaz de recopilar, investigar y evaluar los mensajes que circulan en medios digitales se vuelve esencial. Esto se puede lograr mediante el análisis de texto y la verificación de hechos, lo que permite examinar con detenimiento la información en redes sociales y portales de noticias, con base en datos verificables y tendencias, además de la identificación de fuentes confiables.
Por ejemplo, un sistema de IA puede examinar millones de noticias, detectar patrones de comportamiento de los medios y señalar noticias falsas o engañosas. Este proceso asegura que los ciudadanos tengan acceso a información precisa y verificada para tomar decisiones informadas en las elecciones. Además, la IA puede categorizar las noticias según su nivel de confiabilidad y proporcionar una evaluación de la calidad de su fuente. Esto brinda a las autoridades electorales una herramienta para garantizar que las fake news no socaven el proceso comicial.
La inteligencia artificial puede monitorear la actividad de los usuarios en redes sociales y foros en línea, identificar patrones de difusión de mensajes inadecuados y evaluar su impacto en la opinión pública. La IA puede seguir el rastro de las noticias falsas y alertar a los usuarios que podrían verse afectados por su difusión.
Por otro lado, la IA ha emergido como una herramienta poderosa en la lucha contra la violencia política contra las mujeres en razón de género. En un mundo donde la desigualdad y la discriminación persisten en la esfera política, la IA puede desempeñar un papel fundamental al proporcionar herramientas de detección, prevención y mitigación de este problema.
La IA, respaldada por algoritmos de procesamiento de lenguaje natural y análisis de sentimiento, puede analizar grandes volúmenes de datos provenientes de diversas fuentes, como redes sociales, medios de comunicación y foros en línea. Esto permite identificar patrones de discurso sexista, acoso cibernético y campañas de desinformación dirigidas a mujeres precandidatas, candidatas o ciudadanas en el ejercicio del cargo. La detección temprana de este tipo de violencia política es esencial para prevenirla y tomar medidas legales y políticas adecuadas.
Lo anterior es crucial para garantizar elecciones justas y equitativas, en las cuales las aspirantes no sean víctimas de ataques cibernéticos o desinformación que ponga en peligro sus campañas.
La IA también puede ser utilizada para detectar propaganda de odio y acoso dirigidas a mujeres inmersas en la política. Mediante el análisis de datos, la IA puede identificar tendencias de comportamiento que indican la existencia de una estrategia coordinada de violencia política contra las mujeres en razón de género. Esto proporciona a las autoridades electorales y a las fuerzas del orden una herramienta efectiva para intervenir y proteger a las víctimas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la IA no es una solución única. Debe ir acompañada de una legislación sólida, una educación pública sobre la igualdad de género y medidas concretas para empoderar a las mujeres en la política. La IA puede ser una aliada valiosa en esta lucha, pero el compromiso humano y la acción colectiva siguen siendo esenciales para combatir la violencia política contra las mujeres en razón de género y garantizar la participación plena y equitativa de todas en los procesos políticos.
En ese sentido, la creación y aplicación de una herramienta respaldada por inteligencia artificial para combatir estos problemas representaría un avance significativo en la búsqueda de elecciones justas y equitativas. El Instituto Nacional Electoral (INE), la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fisel) estarían posicionados de manera idónea para liderar este esfuerzo, aprovechando su autoridad y experiencia en la supervisión de procesos electorales y la promoción de la igualdad de género.
La implementación de esta herramienta respaldada por IA podría no sólo detectar y prevenir la violencia política contra las mujeres en razón de género, sino también contribuir a un entorno electoral más transparente y confiable, donde la información veraz prevalezca sobre la desinformación. Sin embargo, es fundamental recordar que la IA es una herramienta complementaria y su éxito dependerá de un enfoque multidisciplinario que incluya legislación sólida, educación pública y un compromiso continuo con la igualdad de género.
En última instancia, esta iniciativa podría desempeñar un papel crucial en la consolidación de una democracia más justa e inclusiva en México y servir como ejemplo para otras naciones comprometidas con la protección de los derechos políticos y la equidad de género.