14 de Septiembre del 2024
La necesidad de convivir en sociedad y tener un respaldo en cuanto a seguridad y paz social, originó el dar poder al Estado para llevar a cabo su función de coordinar acciones para proveer esa protección, hoy la violencia e inseguridad han rebasado ese poder público, es momento de reconsiderar el camino: des de la estructura personal somos parte de la respuesta, debemos cumplir nuestras obligaciones y en caso de estar en conflicto, buscar los mecanismos para ser nosotros quienes los resolvamos acorde a nuestras necesidades.
Un elemento fundamental para la convivencia “armónica” entre personas tiene como punto de partida el respeto y se fortalece con reglas claras para llevar la vida en común; en un contexto de Estado, compuesto por población, territorio y gobierno. Este último está dividido para su ejercicio en tres poderes, sien do el judicial el encargado de dirimir las controversias, atendiendo las leyes que emite el legislativo.
El artículo 9, párrafos tercero y sexto, de la Constitución Política del Esta do de Hidalgo dispone: “Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los juicios o procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución del conflicto sobre los formalismos procedimentales. El Estado regulará un Sistema de Justicia Alternativa, cuyo servicio también será gratuito. // La Ley respectiva preverá mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia penal regulará su aplicación, asegurará la reparación del daño y establecerá los casos en los que se requerirá supervisión judicial”.
Un reclamo social es tener justicia y que esta sea eficaz, real, oportuna, para solucionar de fondo un conflicto, en la actualidad tenemos la posibilidad a través de la aplicación de los mecanismos alternativos de solución de controversias, que por sus bondades y particularidades en la resolución puede llevarnos hacia una justicia restaurativa, que es … un camino a seguir. En México hablar de justicia es pensar en castigo, sanción, represión “dar a cada uno lo que corresponde”; a partir de la petición de una justicia cotidiana, tenemos el compromiso de -cumplir uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas- AFIANZAR LA JUSTICIA, atender integralmente el problema en armonía con el ejercicio de sus derechos, enfocar su desarrollo evolutivo en un matiz restaurativo y en perspectiva reducir el riesgo de reincidencia, lo deseable es resolver desde la raíz.
Para la resolución de un conflicto, el marco normativo actual, jurisdiccionalmente, nos lleva hacia un sistema de audiencias, privilegiando la oralidad como forma de exponer los hechos y defender el derecho, sin embargo, hemos dejado de lado una vía alterna, eficiente, ágil, gratuita, legal con cierta flexibilidad, equidad, voluntariedad y mutuo respeto, es a la medida: resolver a través de la mediación y la conciliación, con el apoyo y la orientación de una persona facilitadora, a partir del entendimiento de necesidades de las partes inmersas en el problema, reconocer la raíz y sanar desde el origen para prevenir una reincidencia, lograr acuerdos a partir de una comunicación efectiva y resolver desde posibilidades reales y compromiso cabal.
En lo personal, familiar, comunitario y social, privilegiar la solución sobre una formalidad legal o procesal es avanzar culturalmente hacía el cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones encaminados a recomponer el tejido social y transitar por el puente del diálogo y la comunicación hasta lograr un “ACUERDO” COMO RECONOCIMIENTO DE RESPONSABILIDAD, con actitud y entendimiento, comunicación efectiva, que las partes en conflicto se expresen y reconozcan sus necesidades, el origen causas y consecuencias que llevaron a actuar contra la legalidad; aceptar responsabilidades y obligaciones es el inició para acercarse a restaurar la convivencia social, comunicarse y generar respuestas para llegar a un acuerdo de solución, reparar el daño de forma efectiva, aceptar de manera consciente -ambas partes- responsabilidades, sanar el entorno social y generar ruta hacia una convivencia en armonía, es humanizar, personalizar y es hacer justicia.
La justicia es un diamante de varias caras y debemos atenderlas todas, los mecanismos alternativos de solución de controversias son una veta rica en posibilidades de dar eficacia al derecho humano de acceso a la justicia por el alto contenido benéfico en favor de quienes, por cualquier circunstancia, tienen un conflicto con la ley, necesitan hacer valido un derecho o poner en orden alguna circunstancia; la justicia alternativa exige alto conocimiento, ética y experiencia práctica para lograr óptimos resultados.
Con la publicación de la Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias y la creación de un Consejo Nacional para su implementación [en Hidalgo tenemos 16 años aplicando, incluso mediación indígena y comunitaria], hay avances al ser una agenda nacional, inclusiva y una política pública especializada en la construcción de la paz, es un cambio sociocultural, un proceso reeducativo en formas de gene rar justicia… sigamos impulsando, promoviendo, fomentando el utilizar medios alternativos de solución de controversias y construir entre todos una cultura de paz.
Semblanza Curricular
Yanet Herrera Meneses
Licenciada en Derecho por la UAEH. Tiene una especialidad en Ciencias Penales por la UNAM y una especialidad en Derecho Procesal Penal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE). Fue presi
denta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo (TSJEH) y actualmente directora de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobierno de Hidalgo.