20 de Febrero del 2025
Este miércoles 19 de febrero de 2025 fue sentenciado un expolicía de Pachuca a 28 años y nueve meses de prisión por el homicidio doloso de un hombre identificado como Armando N.N. a quien le disparó en el rostro y quien falleció meses después.
Durante la audiencia, los jueces de enjuiciamiento Johana Zamora Arteaga, Verónica Alcocer Espinoza y Benjamín Omar Leal Noguez consideraron que no existía duda razonable sobre la responsabilidad de Ángel R.B. (expolicía) en el homicidio de Armando.
En consecuencia, emitieron una sentencia condenatoria y, además, el Tribunal de Enjuiciamiento impuso una multa de mil 313 unidades de medida de actualización, equivalentes a 136 mil 309 pesos, así como la reparación del daño de manera genérica en la etapa de Ejecución Penal.
Testigos presentados por el Ministerio Público refirieron que el pasado 29 de septiembre de 2023, Armando y Ángel se conocieron en un billar frente al Panteón Municipal; cada uno jugaba su respectiva partida hasta que decidieron jugar juntos; tras horas de juego salieron a buscar un lugar para bailar.
Armando (la víctima) le pidió a su agresor pasar primero a su domicilio por dinero, lo cual aceptó. Sin demorarse mucho tiempo, la víctima regresó con 70 mil pesos.
Supuestamente se irían a un lugar para bailar pero Armando (expolicía) se desvío rumbo al Cristo Rey de Pachuca obligando a su víctima a bajar de la unidad. Con incertidumbre se bajó, y al cuestionarle recibió un disparo en el cachete, perdiendo el conocimiento.
Aunque recobró el conocimiento y logró llamar a un familiar para que fuera a recogerlo y fuese trasladado a un hospital, falleció a los tres meses.
Según el testimonio de Marisela, hermana de la víctima y quién fue a recogerlo, el impacto de la bala deterioró la salud de Armando, ya que ingresó por la mejilla derecha, hizo una trayectoria en uve, dañó la tráquea, mi hermano ya no podía deglutir ni pasar, menos comer.
Fueron tres meses que tuvieron que ingresarlo y salir del Hospital General de Pachuca. Armando ya no tenía movilidad, no podía comer, ni valerse por sí mismo, usaba dos sondas, una de ellas para alimentarse. Finalmente murió en su casa y el SEMEFo tuvo que acudir para recoger el cuerpo y practicar la necropsia que reveló que falleció de un paro, por lo que la defensa pretendía hacer valer que el motivo de la muerte había sido distinto al disparo.
Armando N., quien tenía 44 años, era músico de profesión y se destacaba por su personalidad tranquila, amigable y relajada, según sus familiares. No solía rodearse de malas influencias y se caracterizaba por su ética de trabajo. Fue miembro de la Banda Sinfónica del Estado, además de ser aficionado a la compra y venta de autos. También participaba en torneos de billar, e incluso representó al estado en competencias en Colombia.
