07 de Mayo del 2025
Porfirio Díaz fue bien recibido por sus padres, pues a su llegada tenían sólo tres niñas: Desideria, Manuela y Nicolasa, y ningún varón, pues tiempo atrás habían muerto los hijos Cayetano y Pablo, nacidos ambos después de Desideria.
José Porfirio era el orgullo de la familia, vivían al poniente de Oaxaca en un parador de arrierías llamado El Mesón de la Soledad, el único que había en toda la ciudad, por la razón que habría de sugerir más tarde, la poca entrada y salida de gente en la capital.
Según el historiador Juan Bautista Carriedo, el edificio del Mesón pertenecía al convento de Santa Catarina. Había tenido varios usos a lo largo de los años, cuartel de dragones del Ejército Realista, caballería de los In surgentes del Sur.
Una vez consumada la Independencia de México, José de la Cruz lo arrendaba por medio de un intermediario a las monjas de Santa Catarina. Era lo normal. Por esos años, la ciudad tenía alrededor de mil quinientas viviendas, al menos el 60 por ciento eran propie dad de la Iglesia.
Santa Catarina, convento de religiosas, era en ese tiempo el más rico de la ciudad. Apenas atrás de la Concepción, tenía 65 propiedades en la capital de Oaxaca. El Mesón de la Soledad estaba localizado en el oeste de Oaxaca.
José de la Cruz Díaz tenía en ese patio un banco de herrador, con un horno, un martinete, un yunque y un ventilador que funcionaba con ayuda de agua.
Continuará…