09 de Mayo del 2025
Jesica tenía 26 años, era soltera, ama de casa, con seis hijos y sin ingresos. Fue detenida el 15 de septiembre de 2017. Renunció a ser juzgada en un juicio oral, en audiencia de procedimiento abreviado aceptó su responsabilidad en el delito de homicidio agravado, asesinó a su hija recién nacida.
En agosto de 2017 llegó a término su embarazo, dio a luz a una neonata viva de sexo femenino en su domicilio, en Mineral de la Reforma. Le enredó a su hija una cinta de tela alrededor del cuello, obstruyó las vías respiratorias y le causó la muerte. Abandonó su pequeño cuerpo en el patio trasero de su casa.
La perito de la Procuraduría General de Justicia del estado, encontró rastros de sangre en el pasillo de la casa, el comedor y la cocina, también en el retrete del sanitario y en el piso del mismo.
Un vecino recibió una llamada de un conocido, le dijo que de su privada, ubicada en la colonia Manuel Ávila Camacho, salía un olor fétido. Colgó el teléfono. Salió de su casa, tomó una escalera, subió en ella y miró que en el patio trasero de la casa de Jesica había una cobija roja en el suelo de la que se asomaba la cabeza de un bebé y una mano.
A la casa, de un solo nivel y dos ventanas al frente, llegó la policía y una ambulancia, la paramédico revisó a la bebé, no tenía signos vitales. Al lugar arribó la agente de investigación de la Procuraduría quien encontró el cuerpo sin vida en posición decúbito horizontal, tenía enredada una cinta en el cuello.
La perito en criminalística determinó que la bebé tenía una lesión en el cuello en forma de surco, signos cadavéricos y se encontraba en estado de putrefacción. Concluyó que la recién nacida había tenido una muerte violenta.
El protocolo de necropsia arrojó que la bebé tuvo vida extrauterina, tenía una talla de 49 centímetros, era un producto de 38 a 40 semanas gestación y la causa de su muerte fue asfixia por estrangulación armada.
Un análisis clínico y ultrasonido, del 21 de febrero de 2017, elaborado por un médico cirujano, cuando Jesica aún estaba embarazada, señala que tenía en su vientre un producto activo en posición variable, con presencia de frecuencia cardiaca, el cordón umbilical se encontraba sin circular el cuello, el cuerpo tenía 18.3 semanas de gestación y sin riesgo de aborto espontáneo o parto prematuro.
Jesica nació el 1 de marzo de 1991, cursó la primaria, sabe leer, escribir, no consumía bebidas embriagantes ni drogas y tampoco pertenecía a un grupo étnico ni hablaba ningún dialecto indígena. De sus seis hijos, tres son niñas y tres niños.
El 18 de septiembre de 2018, de acuerdo con la Causa Penal 401/2017, Jesica, sin ningún tipo de presión o intimidación, aceptó como ciertos los hechos por los cuales la Fiscalía la acusó de homicidio agravado.
En 2017 se cometieron 700 homicidios denunciados ante la Procuraduría General de Justicia del estado, entre ellos el de Jesica en contra de su hija recién nacida, la cual no tenía nombre.
El Código Penal para el Estado de Hidalgo establece que al que dolosamente prive de la vida a cualquier ascendiente o descendiente o colateral hasta el segundo grado; a su cónyuge, concubino, adoptante o adoptado, o menor o incapaz bajo su custodia, con conocimiento de ese parentesco o relación, se le impondrá de 20 a 40 años de prisión y multa de 200 a 500 días.
El caso de Jesica se resolvió a través de un procedimiento abreviado, con lo que aceptó su culpabilidad y su pena se redujo. El Ministerio Público solicitó al juez que se le impusiera una pena de 18 años de prisión por el delito de homicidio agravado y una multa de 180 días de medida y actualización a favor de la Administración de Justicia, lo que en 2017 ascendió a 13 mil 588 pesos.
Rafael Souverbille García, juez de control en el Primer Circuito Judicial de Pachuca sentenció a Jesica a los 18 años de prisión que solicitó el Ministerio Público el 20 de septiembre de 2018. Está privada de su libertad en el área femenil del Centro de Reinserción Social de Pachuca.
Jesica aceptó la sentencia del juez y dijo estar de acuerdo con la pena que se le impuso. La cinta encontrada en el cuello de la bebé, que terminó con su vida, tenía dos vueltas, un nudo simple y era de color rojo.