06 de Noviembre del 2025
La mujer, inconsciente, yacía acostada en una cama de terapia intensiva del Hospital General de Pachuca, con apoyo ventilatorio. En un orificio de la nariz tenía introducida una manguera, en su boca, entreabierta, había una segunda manguera abriéndose paso, la sangre se asomaba en la venda y las gasas que tenía en el pecho debajo de la bata. La habían apuñalado en el pecho con un cuchillo de 20 centímetros.
A un lado de la camilla las notas de los médicos señalaban un diagnóstico de trauma penetrante de tórax, shock hipovolémico grado cuatro, lesión auricular derecha y lesión pulmonar de hilio derecho. La mujer estaba en coma.
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El hombre, cuchillo en mano, irrumpió con furia en la casa de su exmujer, ahí estaban sus dos hijos, menores de edad. Hacía tiempo que él ya no vivía con ella y los niños. Llegó hasta la recámara donde le gritó alterado pidiéndole el teléfono celular. Ella no se lo dio.
-Saca al tipo que tienes escondido-, bramó el hombre sin control.
Preso de la ira fue hacia el tocador y sacó de los cajones la ropa de su exmujer y la rasgó con el cuchillo que empuñaba en la mano derecha. Los niños miraban a su padre desconcertados por lo que estaba sucediendo, comenzaron a llorar.
Era un 3 de agosto del 2017 y el verano aún tenía vida. La mujer le pidió al hombre que se fuera porque estaba asustando a los niños, que no buscara problemas. Discutieron. El sujeto caminó hacia la puerta para irse y su exmujer lo siguió para asegurarse que saldría de la casa.
Antes de llegar a la puerta la furia nubló su conciencia, el hombre se dio la vuelta y apuñaló a la mujer, con la mano derecha clavó con fuerza el cuchillo en el tórax de la víctima. La sangre comenzó a resbalar por su cuerpo, caliente, escapando por la herida. La fémina alcanzó a ponerse los brazos en el pecho. El hombre sacó el cuchillo del pecho de su exmujer, la sangre caía de la hoja afilada.
Los niños, con el llanto en el rostro, al ver a su madre en el suelo ensangrentada y las manos en el pecho cubriendo la herida le gritaron a su padre lo que creían había sido una tragedia:
-¡Papá, mataste a mi mamá, papá mataste a mi mamá!-, le decían.
La mujer comenzó a gritar para pedir auxilio.
El hombre miró a la mujer en el suelo y salió de la casa con el cuchillo en mano, ensangrentado.
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Una tía de la mujer escuchó los gritos, corrió hasta la casa y miró a su sobrina en el suelo, con las manos, el pecho y la ropa llenos de sangre. Tomó un trapo y lo puso en la herida para evitar que se siguiera desangrando. Junto a la mujer había comenzado a crecer un charco rojo.
Tras correr hacia la casa de su sobrina para ver qué estaba sucediendo vio salir al hombre con un cuchillo en la mano derecha lleno de sangre, la empujó y se fue corriendo.
La mujer le dijo a su tía que su expareja la había apuñalado. La tía pidió auxilio a un vecino de su sobrina y entre los dos la llevaron al Hospital General de Pachuca, la ingresaron al área de urgencias con la herida en el pecho y sangre en la ropa.
Luego de pasarla a terapia intensiva los médicos diagnosticaron a la mujer con trauma penetrante de tórax por lesiones punzocortantes en tórax derecho, presentaba lesiones sobre el hilio pulmonar derecho, aurícula derecha, múltiples lesiones sobre el pulmón del lado derecho, lo que derivó en hemopericardio, una acumulación de sangre en la bolsa del corazón, hemo neumotórax, es decir, acumulación de sangre y aire en el tórax derecho, necesitaba tratamiento urgente. Su vida estaba en peligro.
La mujer fue inducida a un coma y necesitó apoyo mecánico ventilatorio, las lesiones requirieron un tubo en el tórax. Tras la atención médica su estado de salud fue reportado como grave.
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El hombre fue detenido. Vivió con su exmujer durante cinco años en los que ejerció violencia física y psicológica contra ella. Procrearon tres hijos. Se separaron en diciembre de 2016 luego de que la golpeara, lo que le provocó a la mujer ansiedad y miedo.
Ella inició una carpeta de investigación contra él en el Centro de Justicia para Mujeres, ubicado en la ciudad de Pachuca, por el delito de violencia familiar equiparada.
Él la golpeaba, le dejaba la cara con sangre. En ocasiones ella tenía un ojo morado, en otras una nariz rota. Una vez intentó ahorcarla. Tras separarse no le daba dinero a su exmujer para los gastos de los niños y la acosaba.
Un Tribunal de Enjuiciamiento del distrito Judicial de Pachuca, conformado por tres jueces, lo sentenció a 20 años 10 meses de prisión por el delito de feminicidio en grado de tentativa.
Aquel viernes en que la mujer fue atacada por el hombre, el cuchillo entró en la parte derecha de su pecho, perdió más de dos mil 500 mililitros de sangre, estuvo hospitalizada 18 días y sobrevivió
Los jueces determinaron que su expareja no tenía la intención de lesionarla sino privarla de la vida. Antes de apuñalarla el hombre le mandaba mensajes a su celular en los que le decía que la iba a matar.
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