18 de Diciembre del 2025
Guerrero fue sepultado, como había muerto, con las ropas que serían descubiertas en su cadáver, al ser exhumado años después, para ser trasladado a la capilla del Rosario en Oaxaca, donde fue inhumado a la izquierda del altar, por el prior del convento de Santo Domingo, tenía un pañuelo de seda negra, amarrado a la cabeza y una banda de burato azul alrededor de la cintura, y estaba vestido con el hábito de la orden de predicadores.
Llevaba también otras prendas un cinto de cuero ceñido sobre el hábito y botas de cuero, casi desechas, de acuerdo con un historiador que agrega este dato al exhumar el cadáver, el esqueleto se desarticuló las botas, casi desechas sugieren el calvario de Guerrero durante las jornadas a pie que tuvo que hacer desde Huatulco hasta Oaxaca.
Algunas personas que lo conocieron en la costa llegaron a visitarlo en su celda, antes del proceso bajaba una sonrisa por sus labios. Dice Ignacio Candiani, quien lo vio con su padre en Santo Domingo.
Es posible que entre esas personas que lo visitaron, estuviera también José de la Cruz Díaz, es posible por qué, entre las tareas de la tercera orden de los franciscanos, a los que pertenecía, estaban la de socorrer a los presos de la cárcel. Y es probable por una razón de más peso: porque lo había tratado él mismo en las montañas del sur, durante las guerras de la Independencia y habría sido su capitán.
Continuará…