Madre e hijo PROSTITUIAN a una mujer en Huejutla

28 de Marzo del 2024

Madre e hijo PROSTITUIAN a una mujer en Huejutla

María tiene miedo, angustia, ansiedad. No es estable. El temor abraza su cuerpo, la muerde. Teme que la agredan física y sexualmente, que vuelvan a utilizar su cuerpo para prostituirla. Siente que está en peligro, que es una bestia que la persigue inminente.

Durante dos años fue sometida a la prostitución en dos hoteles y una casa de huéspedes en Huejutla de Reyes. La persona que la sometió la obligaba a tener relaciones sexuales aún en su periodo menstrual.

Una mujer y un hombre. Madre e hijo. Catalina y Alejandro. Catalina prostituía a María en su bar. Alejandro fue quien la enganchó y la llevó con su madre. María, originaria de Huazalingo, buscaba trabajo y terminó en el bar de Catalina.

María no se llama María. Catalina no es Catalina y Alejandro no tiene ese nombre. Sus datos quedaron reservados en el juicio en el que madre e hijo fueron sentenciados por trata de personas en su modalidad de explotación sexual. Sus nombres son ficticios, la historia es real.

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María buscaba empleo en Huejutla cuando conoció a una mujer, ella la presentó con Alejandro quien le preguntó si buscaba trabajo, ella respondió que sí y él la llevó al bar de su madre, cerca del mercado municipal salpicado de hoteles.

Alejandro le dijo que por cada cerveza que se tomara con los clientes le pagarían 50 pesos. Catalina le explicó que algunos le pedirían un privado para tener relaciones sexuales con ella. María aceptó por necesidad, debía apoyar a su madre y su herma[1]no quienes tenían una discapacidad.

Catalina les cobraba a los clientes 200 pesos por tener relaciones con Ma[1]ría una hora, por dos horas el precio se elevaba a 400 pesos y si los clientes querían quedarse toda la noche con ella el costo era de mil pesos.

La mitad del dinero se la quedaba Catalina, la otra mitad era para María. Por día atendía entre dos y tres hombres, a veces ninguno, todo dependía de los clientes del bar. Una vez instalada en el bar Catalina le pidió a María sus papeles, entre ellos su acta de nacimiento, su Clave Única de Registro de Población, credencia de elector y la llevó a sacar un permiso para trabajar en su establecimiento. Alejandro la acompañó al Centro de Salud de Huejutla a sacar una cartilla para citas médicas y revisiones cada quince días, aunque no acudía a todas las citas porque el bar lo abrían a diario y no tenía días de descanso.

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Luego de seis meses María se salió del bar para no prostituirse más. Regresó con su madre. Una semana después Alejandro fue a buscarla a Huazalingo, ese municipio escondido entre curvas interminables y verdes montañas. María no estaba en casa cuando él llegó. Le dejó dicho con su madre que regresara. María recibió el mensaje, pero sabía que volver significaba seguir prostituyéndose. No regresó. Cuatro días después Alejandro volvió a su casa y se la llevó a la fuerza a Huejutla. Cuando Alejandro entregó a María con Catalina ésta le gritó y la insultó. Alejandro la amenazó con denunciarla ante las autoridades sobre su situación migratoria en el país.

Catalina le dijo que si se escapaba una vez más la mandaría a golpear y a tablear con los cobradores de piso. El miedo se enrolló en el cuerpo de María como una serpiente y se quedó a trabajar, a prostituirse ante las necesidades de los clientes del bar y las ganancias de Catalina y Alejandro. María era víctima de trata de personas.

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En Hidalgo el delito de trata de personas registra un incremento en el número de carpetas de investigación entre el 2020 y el 2023, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En 2020 se iniciaron en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) nueve carpetas de investigación, en 2021 se registraron diez, en 2022 se elevaron a 13 y en 2023 se iniciaron 14.

La trata de personas es la conducta de quien promueve, solicita, ofrece, facilita, consigue, traslada, entrega o recibe, para sí o para un tercero, a una persona, haciendo uso de diversos medios con la finalidad de que sea explotada; la explotación sexual es el abuso real o intencionado de la diferencia de poder, la confianza o la posición de vulnerabilidad de una persona, con el fin de obtener favores sexuales. En tanto, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y la Delincuencia Organizada define la explotación de la prostitución ajena como la obtención ilegal de beneficios financieros u otros beneficios materiales de la prostitución de otra persona.

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Catalina y Alejandro se beneficiaron de la explotación sexual de María a través de la prostitución. En el bar era explotada y en la casa de Catalina, en Huejutla, era retenida y alojada. Su mamá la visitaba cada mes por una o dos horas. En el bar Catalina insultaba a María frente a los clientes, le gritaba y le decía que se callara o le cobraba y que ella era la que hacía las cuentas. Una vez la golpeó frente a los clientes, le dio una cachetada. En otra ocasión en una farmacia también le pegó y la jaloneó hacia su casa. María era prostituida, sometida y golpeada.

A veces no quería salir del bar con los clientes porque estaba en su periodo menstrual pero Catalina la obligaba a irse con ellos a los hoteles. Había clientes que no querían usar preservativo, María se lo contaba a Catalina y ella le decía que tenía que obedecerlos. María conoció a un hombre e iniciaron una relación. Ella quedó embarazada pero no supo de quién.

Catalina y Alejandro fueron denunciados. A ella la detuvieron en el bar. Ambos fueron vinculados a proceso y sentenciados a 22 años y seis meses de prisión por el delito de trata de personas en la modalidad de explotación sexual. María tuvo a su bebé. Había dejado de ser prostituida, sin embargo, tras el parto se enteró en el hospital que tenía el Virus del Papiloma Humano y era positivo a VIH Sida.




Alejandro Reyes
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Categorías: Historia

Tags: Hidalgo, Prostitución, Explotación Sexual Hidalgo, Historia Pletóra Lex, Huejutla de Reyes