ASESINÓ A SU MADRE

El adolescente, con un agujero en la mandíbula, sangre en la cara escurriéndole por el cuello y la ropa teñida de rojo, le dijo a su tío, balbuceando, tres cosas en medio de la noche.

A unos metros, en una casa en obra negra de una sola recámara está el cuerpo de una mujer sobre un colchón, boca abajo, con la cabeza colgando de la que escurre un hilo de sangre y se detiene en el suelo.

Un perito en criminalística encontró en la habitación de la casa, uno, dos, tres, seis casquillos en el piso y en la cama, un charco de sangre, sangre en una pared, un casquillo ensangrentado, un teléfono celu[1]lar, el cuerpo de la mujer y una escopeta.

El cadáver fue identificado con la letra A.

El adolescente le dijo a su tío, frente a su esposa y una vecina, balbuceando, tres cosas: que le había disparado a su madre, que la había matado. La tercera fue una sola palabra:

- ¡Mátame!

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El 15 de agosto de 2023, entre las 23:30 y las 23:40 horas, en la comunidad de Santo Tomás, municipio de Zempoala, un adolescente, de 15 años de edad, asesinó a su madre de un disparo en la cabeza e intentó suicidarse.

Ese martes por la noche una vecina salió de su casa y vio pasar al adolescente, lo reconoció, miró que tenía sangre en la cara y en la ropa, se le acercó, le preguntó qué le había pasado y le respondió que le hablara a su tío.

La mujer fue de inmediato con su vecino, era casi medianoche, le tocó la ventana y al mirarlo le dijo que saliera a ver cómo estaba su sobrino. El hombre y su esposa salieron de la casa y el adolescente les confesó lo que había hecho.

El hombre le dijo a su esposa que fuera a ver qué sucedía con su hermana, la mujer corrió hacia la casa de su cuñada, la puerta estaba abierta, la encontró sobre la cama, boca abajo, con la cabeza colgando y escurriendo de sangre. En el suelo había una escopeta. Llamaron a la policía municipal y a una ambulancia.

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La policía llegó a la escena del crimen y resguardó el lugar, pasaban ya 15 minutos después de la medianoche, al sitio arribó protección civil quien corroboró la muerte de la mujer. Llegaron también peritos de la Procuraduría General de Justicia del estado. El adolescente quedó detenido y fue trasladado en una ambulancia al Hospital General de Pachuca para su atención.

Luego de jalar el gatillo de la escopeta y matar a su madre el menor de edad intentó suicidarse y falló. Se disparó en el rostro, pero solo se hizo un agujero en la cara, a la altura de la mandíbula. La sangre no dejó de escurrirle. Salió de su casa en busca de su tío. Tras quedar detenido fue  intervenido quirúrgicamente en el hospital.

La última vez que el hermano de la víctima la vio con vida fue un día antes, entre las cuatro y las cinco de la tarde, la saludó de pasada en el local en el que ella trabajaba.

De acuerdo con el perito médico legista, la causa de muerte de la mujer fue a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico abierto secundario a una herida producida por el paso de un proyectil de un arma de fuego penetrante en el cráneo.

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Un reporte psicológico del adolescente establece que es una persona con facilidad de socializar y de generar relaciones interpersonales, mostrando optimismo ante las situaciones adversas.

La evaluación señala que tiene un pensamiento funcional, de contenido coherente y congruente, capacidad de juicio autocrítico, de organización, planeación y análisis adecuada, sin indicios de algún daño neurológico.

Las pruebas aplicadas arrojaron que el menor tiene rasgos de una persona emocionalmente estable, sin indicadores depresivos o ideas suicidas. En el área intelectual es una persona con capacidad para comprender ideas de manera objetiva.

Luego de su detención, atención médica en el hospital y traslado al Centro de Internamiento para Adolescentes de la ciudad de Pachuca, el menor aceptó su culpabilidad y que su situación jurídica se resolviera a través de un procedimiento abreviado con lo que no llegó a juicio y alcanzó una pena menor. Fue sentenciado a un año y cinco meses de prisión en el tutelar por el delito de homicidio doloso calificado agravado.

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La mamá del adolescente tenía 43 años, tres hijos, el menor de edad y dos hermanas. Vendía tortillas en la comunidad y estaba separada de su esposo.

Aquel 15 de agosto discutió con su hijo.

Cerca de la medianoche, mientras ella estaba acostada en la cama, vestida con una blusa negra de círculos blancos y un pantalón de mezclilla, el menor tomó la escopeta de la casa y le disparó. El Ministerio Público consideró que el adolescente actuó de manera dolosa y con ventaja.

Después de dispararle en la cabeza a la mujer que le dio la vida y tras ser atendido en el Hospital General de Pachuca, el 6 de septiembre de 2023 quedó privado de su libertad en el tutelar para menores en donde cumple su sentencia.

La escopeta, de marca Stevens, calibre 16, que estaba en su casa, la había comprado su madre para su protección porque a veces se quedaba sola. La cambió por unos borregos.

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