06 de Febrero del 2025
“A mí me tocó ver el miedo, me tocó estar con ella cuatro o cinco ocasiones que salía de trabajar y estaba la persona vestida de policía municipal en su camioneta particular e incluso en las patrullas”, señaló una compañera de trabajo de Rosaura, asesinada junto con su madre y su hermano por su expareja, Marco Antonio N.
La cercana ofreció un breve testimonio en las Jornadas de Paz organizadas por la Secretaría de Gobierno, en las cuales mencionó que llevó a la víctima a su casa en tres ocasiones.
También fue testigo de cómo, pese a contar con una orden de restricción, cuando intentaba llamar por teléfono todas las comunicaciones se desviaban, como si el dispositivo no tuviera señal.
La compañera de trabajo lamentó la determinación de la jueza –Janett Montiel Mendoza–, quien ordenó la liberación del imputado el 15 de noviembre, un mes después de haber sido recluido por violencia familiar y secuestro.
“Hoy, ella, su mamá y su hermano están muertos. ¿Qué hicieron? Dejar libre a una persona como él, cuando ella argumentó en la última audiencia en la que estuvo presente que su vida estaba en peligro”.
Cuestionó por qué si Marco Antonio N ya no era elemento en activo de la corporación de Mineral de la Reforma utilizó las patrullas para acercarse a la víctima, apenas esta semana.
“Iba a haber una segunda audiencia el 27 de enero, a mí me tocó escuchar que la defensa de esta persona había metido un amparo, algo por el estilo, para que la audiencia se aplazara y no llegó. Estamos a unas horas de velarla, de ver cómo despiden a una familia completa por la ineptitud de una jueza, por la complicidad de la policía de Mineral de la Reforma”.
Según el testimonio, los uniformados ingresaban a Walmart, su centro de trabajo, para buscarla.
“Él siempre argumentó que estaba protegido. Por el simple hecho de portar un uniforme él se la pasó intimidándola a ella y a toda su familia”.
